La suspensión de un vehículo sostiene el peso del mismo y es un sistema de amortiguación el cual permite que, a través de las ruedas, absorba los movimientos, sacudidas y vibraciones que se provocan al desplazarse, así se evita que los golpes no lleguen al bastidor. Es decir, ella hace de enlace entre el bastidor y el eje de las ruedas.
La mayoría de los automóviles ya no traen ballestas, son utilizadas en los todoterreno y los de carga pesada como los camiones. Estas son unas láminas (llamadas hojas) de acero con aleación de silicio y manganeso. Su composición más su forjado, son las que permiten que se doblen con la fuerza que reciben y al cese de esta retomen su posición.
Estas hojas van agrupadas unas sobre otras, de mayor a menor, siendo la primera la hoja maestra la que tiene los extremos curvos para ajustarse al bastidor. Dichas hojas están unidas por un orificio central por un tornillo (llamado capuchino) y se mantienen alineadas gracias a unas bridas en U (llamadas abarcones). El número de hojas dependerá de la carga que deban soportar.
Mantenimiento
Toda pieza del automóvil necesita de mantenimiento, en el caso de los camiones se es más metódico y puntual, porque los problemas que se pueden generar por la falta de una atención oportuna son tan grandes como su tamaño físico.
La revisión de las ballestas deben ser rutinarias cada 6.000 kilómetros aproximadamente. Es un procedimiento sencillo (en manos expertas) que consiste en ajustar el tornillo central y las bridas, inspeccionar cada hoja, lavar el resorte y engrasar las piezas que lo ameriten, además de verificar los bujes.
Al pasar al mantenimiento preventivo cada 34.000 Km, se debe lavar e inspeccionar cada pieza en búsqueda de alguna grieta o curvatura, lo recomendable es pintar las hojas con anticorrosivo. También se debe cambiar siempre el tronillo y tuerca central, aun cuando se vean en buen estado, después se ensambla todo de nuevo.
La vida útil de las ballestas es bastante extensa, como todo, dándole el correcto mantenimiento y cuidado atento a cualquier señal. Es importante, no solo por cumplir con el trabajo en cuestión, sino la seguridad del conductor y la de otros conductores y transeúntes. Al necesitar hacer reparaciones o cambios regulares de piezas, se suele pensar mucho en los gastos que ello implica.
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